Recuerdo la primera vez que intentó mi padre enseñarme a manejar, íbamos rumbo a un rancho por una vereda en una camioneta Cheyenne roja automática, tendría yo como 14 años, nerviosa tomé el volante, arranqué y recorrí poco tramo cuando mi padre me dijo que iba muy pegada a la orilla y que le iba rayando la camioneta con las ramas del camino, no supe que hacer y él en su afán por evitarlo giró el volante para separarme de la orilla, el detalle es que yo lo iba sujetando muy fuerte y me lastimó las muñecas con ese movimiento, paré la camioneta, mi nervio se transformó en enojo, esto también molestó a mi padre y el resultado fue que decidió manejar él, fue debut y despedida de las clases de manejo, no volví a tocar el tema.
Fue hasta que cumplí 21 años que me pagué unas clases, las cuáles fueron en un bocho, tenía una torreta en el techo, mi maestro fue un muchacho más o menos de mi edad, no recuerdo el nombre, le pregunté para que servía esa torreta y me dijo que para nada en especial, que era de adorno, lo que yo no sabía era que cada que me subía, él prendía esa torreta para avisar a los demás conductores que yo apenas estaba aprendiendo a manejar, me di cuenta cuando retorné en una calle y quedé frente a una ventana y vi la luz, ¡que vergüenza!, me imagino que por eso no me había dicho para que era, recuerdo que el bochito contaba con un segundo pedal en el lado del copiloto, supe para que era cuando di vuelta en una avenida a mucha velocidad y el maestro sin siquiera inmutarse pisó ese pedal justo antes que terminara por estrellarme contra un carro que venia en el carril contrario, en lo personal creo que tienes que tener los nervios de acero para enseñar a otros a manejar aparte de muuucha paciencia.
En esos días terminaba totalmente adolorida de los brazos y el cuello, creo que ese dolorcito es muy familiar para todo principiante, aprieta uno el volante como si se fuera a ir a algún lugar si lo sueltas!, lo que también me pasaba era que no podía voltear mi cabeza para ver a los lados por que quería mover el volante hacia la misma dirección, ¡chula cosa!, en fin, fuera de eso no tengo queja alguna con las clases solo que pienso que es muy importante que te ayuden a tener confianza en uno mismo al momento de manejar, cosa que no logró brindarme mi maestro ya que en una ocasión me hizo manejar un tramo largo hasta el Autódromo Monterrey, para esto hay que tomar un tramo de carretera y un camino de terraceria, en dicho camino sacó el brazo por la ventana y me dijo "mira voy tocando el zacate con mi mano! si estuviéramos en la ciudad estarías rayando los carros estacionados!, toda mi confianza se fue por la borda (si se lo preguntan, si, si aprendí la lección de tomar distancia).
Después de varios días de clases por fin tome la última!, sólo que ese día también fue la prueba de fuego, manejaría sola de regreso a casa!, tuve pánico! al grado tal que al momento que me puse al volante y mi maestro se acerco desde afuera por la ventana para despedirse de beso en la mejilla, volteé y le di el beso en la boca!, dije adiós y arranqué, no caí en mi error hasta que llegue a mi casa, las clases habían terminado. Días después el maestro me habló por teléfono a lo que me hice la que no pasó nada y sólo pregunte que si me hablaba por que creía que necesitaba más clases, que si no aprendí bien, a lo que me respondió que no, que sólo para saludar, nunca volvió a llamarme, por fortuna para mi por que no podría ver su cara sin ponerme roja de la vergüenza!.
Quiero aclarar que en mi caso no me bastaron sólo esas clases de manejo, seguía insegura, hasta que un amigo de la familia me pidió manejar hasta Chipinque y de regreso, y me dijo "¡es que yo no entiendo por que dices que no aprendiste bien si vas manejando perfecto!", me dio tanta confianza que retorne en una calle y en un solo movimiento estacione el carro totalmente alineado con la banqueta y a la distancia apropiada, nunca más dudé de mi manera de conducir. Eso sí, tengo que decirlo, dure muchos años manejando automático, pero en el momento que me dijeron que me prestarían en el trabajo un carro estándar le pedí a mi amigo Mike que si podía prestarme su coche para practicar por que no recordaba bien cuando meter los cambios y sacar el clutch, aún le agradezco su ayuda, eso fue un sábado en la tarde y ya para el lunes andaba manejando una Tornado, dure poco con ella, me la cambiaron por un Atos y luego por un i10, hasta la fecha sigo manejando estándar!
En resumen, creo que lo más importante al momento de tomar clases es que el maestro:
Sea alguien que tenga paciencia.
Que tenga experiencia.
Que te ayude a tener confianza en tu manejo.
Y ustedes? Recuerdan sus clases de manejo?
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